Encuentra la medida perfecta para tu alfombra de poliéster
Antes de enamorarte de un diseño, saca el metro.
○ Para salones medianos, una alfombra de 160 × 230 cm suele abrazar el sofá y la mesa de centro sin invadir la circulación.
○ En dormitorios, la fórmula “tres lados” funciona de cine: elige un modelo que sobresalga unos 50 cm de la cama para pisar blandito al despertar.
○ Si tu entrada pide vida, un pasillero de 80 × 200 cm en poliéster aguanta el trote diario y recibe con color.
Recuerda dejar al menos diez centímetros de margen entre el borde de la alfombra y los zócalos; así el suelo también respira y el conjunto se ve más ligero.
¿Qué son las alfombras de poliéster? Características
El poliéster nace en laboratorio, pero conquista por pura sensación:
○ Tacto ultrasuave – sus fibras termoplásticas pueden hilarse muy finas, dando un pelo mullido que invita a andar descalzo.
○ Color que no se rinde – el tinte penetra hasta el núcleo, de modo que los tonos permanecen vivos incluso con luz solar directa.
○ Precio amigable – producir hilo de poliéster es más económico que trabajar fibras naturales; eso se nota en la etiqueta.
○ Ligereza y resistencia – pesa poco, se desplaza con facilidad al limpiar y soporta como un campeón la vida familiar.
Por todo ello, una alfombra de poliéster resulta ideal para dormitorios juveniles, zonas de juego, salones desenfadados o ese despacho casero que necesita calidez sin complicaciones.
Alfombras de poliéster de todos los colores
Aquí el límite lo pone tu paleta. El poliéster acepta tintes intensos y degradados sutiles con la misma facilidad:
○ Neutros relajantes – grises humo, cremas y topo encajan en decoraciones nórdicas o minimalistas.
○ Tonos joya – verde esmeralda, azul petróleo o mostaza para un efecto wow inmediato en salones modernos.
○ Pasteles suaves – rosa empolvado o azul hielo, perfectos para dormitorios infantiles sin caer en el tópico.
○ Estampados atrevidos – geométricos, étnicos o estilo vintage desgastado; la impresión digital sobre poliéster mantiene detalle y contraste.
Cambia el look cuando quieras: gracias a su coste contenido, renovar la alfombra temporada tras temporada ya no es un lujo.
Limpieza y cuidado de las alfombras de poliéster
Mantenerlas como nuevas es pan comido:
○ Aspirado semanal con boquilla suave para eliminar polvo y migas.
○ Manchas recientes – seca con papel absorbente y pasa un paño húmedo con jabón neutro; aclara bien y deja secar al aire.
○ Pelos de mascota – un rodillo adhesivo o la clásica rasqueta de goma los atrapa en segundos.
○ Giro trimestral – rota la alfombra 180° para que el desgaste sea uniforme y el color se exponga igual a la luz.
Olvídate de los agobios: el poliéster no encoje ni pierde forma con la humedad ocasional y seca rápido, evitando olores.
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¡Nos vemos sobre la alfombra!
