Alfombras de Lana

Un salón amplio suele agradecer una alfombra de lana grande que englobe sofá y butacas, en dormitorios funciona de maravilla un formato que sobresalga unos 60 cm a cada lado de la cama para pisar blandito cada mañana.

Si tu espacio es reducido, coloca un corredor de lana en la zona de paso o un diámetro moderado bajo la mesita auxiliar: delimita, abriga y no satura la vista.

La lana virgen es una fibra natural con poros microscópicos que absorben y liberan humedad, por eso estas alfombras regulan la temperatura y el ambiente.

Rebote elástico: las marcas de muebles se levantan solas.
Retardante del fuego de forma inherente, hipoalergénica y con un color que resiste mejor al sol que otras fibras. Esa es la carta de presentación de una auténtica alfombra de lana natural.

El telar manual permite jugar con relieves, mezclas de gruesos y tramas irregulares imposibles de imitar industrialmente; el resultado es una textura viva que se diferencia en cuanto la tocas.

Las colecciones actuales combinan la solidez del anudado tradicional con paletas contemporáneas.

Encontrarás desde grafitos y arenas ideales para ambientes nórdicos hasta la alfombra lana de colores intensos –azafrán, azul petróleo o verde oliva– que se convierte en la protagonista del salón.

Para los que buscan un look minimal, tenemos geometrías tonales; si prefieres algo atrevido, mezclamos nudos de distinto largo creando patrones 3D que capturan la luz.

Aspira tu alfombra suave una vez por semana sin cepillo giratorio.

Si se derrama líquido, seca con papel y aplica agua fría con jabón neutro, nada de frotar a lo loco.

Gírala cada seis meses para que el desgaste sea uniforme.

Airear la alfombra al sol matinal (nunca pleno mediodía) revitaliza la fibra.

Cuando eliges Kuatro Carpets apuestas por calidad de origen: pura lana seleccionada, tintes de baja huella y acabados verificados.

Visita nuestro showroom o explora el catálogo online y descubre modelos lisos, degradados o con nudos gráficos que elevarán tu decoración sin perder ese confort que solo la lana puede dar.